domingo, octubre 18, 2009

Martha ha regresado

Martha! Martha ha regresado!
Sábado por la noche, tras la ventana del mercedes de mi cuñado pude ver a Martha, con nuevo 'look', ahora dejaba lucir su blanca cabellera, blanca como la rebanada de queso que compartimos alguna vez, vestía colores más frescos recibiendo la primavera, sus manos ya sin guantes...MARTHA!!! qué pasó? un yeso entumece su brazo, dije casi gritando, desde el diminuto espacio dentro del vehículo.
- Seguramente se ha caído, como es viejecita... - dijo mi hermana.
- O a lo mejor la atropelló algún carro. - añadió Rafael
En mi mente no cabía ninguna de esas posibilidades, no quería pensarte herida, caída, atropellada, no tú Martha, a ti que mi corazón te cuida con recelo. Vaya 'cuidar', como puedo decir ello, si la ausencia se apoderó de mí, de tí, de nosotras y no supe más como cuidarte, solo la memoria acompañaba mis caminatas nocturnas intentando encontrarte entre la niebla del paradero, y ahí, ahí no estabas Martha, solo así quise cuidarte, en mis recuerdos quise protegerte del olvido apararte, sólo en mi mente alojarte y como siempre abrazarte.
Pero esa noche no bajé a verte, pude haberlo hecho; sin embargo al regresar a casa, al pasar por puesto de trabajo, no pude hallarte, ya no estabas otra vez.
Tres noches andube por ahí buscándote con todos mis sentidos, me senté donde siempre a conversarte y creo que no me oíste, Martha esa noche como otras tampoco llegaste, la niña de los dulces vino a mí y me dijo:
- A quien buscas?. A quién perdiste?
- Busco a Martha, espero a mi amiga.
Niña la amistad no se pierde, tal vez se muda, se enferma, se ausenta, se accidenta...
pero jamás se pierde... y lo sé bien porque ya no me atreveré a repetir como aquella vez...
Martha te he perdido otra vez

lunes, octubre 12, 2009

10-04

IV

Juntó la mágica brisa del destino,
las hazañas de cuatro héroes heridos.
En un arcano y ancestral libro
de palabras y versos sin brillo.

Juntó la mágica brisa del destino,
los fantasmas de cuantro reyes de vicio,
despojados de toda gloria y fugitivos,
acechadores de vanos sueños idílicos.

Juntó la mágica brisa del destino,
los cantos tristes y apasionados,
de cuatro trovadores arrobados,
de cuantro bohemios y sus delirios.

Juntó el cielo púrpura, infinito
las sombras de cuantro pumas alados
se disipan en el horizonte dorado,
se separan por ninún camino.